La industria agrícola afronta una creciente presión debido a los aumentos en los costes de insumos y mano de obra, lo que pone en riesgo la rentabilidad de los agricultores. A nivel mundial, los precios de los insumos agrícolas, como fertilizantes y productos químicos para la protección de cultivos, han aumentado entre un 80% y un 250% en los últimos años.
Además, el cambio climático está perjudicando a todo el sector agrícola. El aumento del calor en toda la Tierra provoca eventos climáticos extremos más frecuentes, sequías prolongadas y la aparición de nuevas plagas y cultivos invasores, lo que reduce los rendimientos.
Ante estos desafíos, los agricultores deben buscar soluciones innovadoras. La automatización se presenta como una gran opción para reducir el impacto del cambio climático en la agricultura y ayudar a los productores a adaptarse a los desafíos económicos.
Agricultura autónoma
¿Pero qué son las soluciones de agricultura autónoma? Estas abarcan desde tecnologías semiautomatizadas ampliamente adoptadas en la actualidad, como la dirección asistida, hasta sistemas completamente automatizados, como los robots de deshierbe.
Las tecnologías de próxima generación utilizan una combinación de sensores, análisis, robótica y equipos para ayudar a los agricultores a tomar decisiones más inteligentes en el campo y lograr más con menos recursos. Además, los avances recientes en la inteligencia artificial generativa ofrecen oportunidades futuras para automatizar la toma de decisiones utilizando conjuntos de datos extensos que ya existen.
Por ejemplo, estas tecnologías pueden ayudar a los agricultores a desarrollar planes estratégicos sobre qué insumos aplicar (fertilizantes, protección de cultivos semillas), cuándo aplicarlos y a qué ritmo, con el fin de mejorar la rentabilidad y promover prácticas agrícolas sostenibles.
La tecnología automatizada puede ofrecer un valor significativo tanto para los productores de cultivos en hileras como para los de cultivos especializados.
Economía y sostenibilidad
A pesar del potencial de la tecnología, la adopción de estas soluciones de próxima generación sigue siendo baja. Según la Encuesta Global Insights de Agricultores 2022 de McKinsey, menos del 5% de los agricultores en Asia, Europa, América del Norte y América del Sur utilizan tecnología de próxima generación, en comparación con el 21% que utiliza software de gestión agrícola.
Sin embargo, se observan dos tendencias que podrían impulsar la adopción en el futuro cercano: las presiones económicas en la agricultura y el impulso hacia prácticas agrícolas más sostenibles. La automatización agrícola puede abordar los desafíos económicos y cumplir con las demandas de sostenibilidad.
En términos económicos, la automatización puede ayudar a reducir los costos de insumos al permitir un uso más eficiente de pesticidas y fertilizantes. También puede aliviar los desafíos laborales en la agricultura, mejorando las condiciones de trabajo, reduciendo la necesidad de mano de obra y disminuyendo los costos laborales.
Desde la perspectiva de la sostenibilidad, las regulaciones más estrictas sobre fertilizantes, pesticidas y emisiones impulsan la adopción de tecnologías de automatización agrícola. Además, el creciente interés de los consumidores por un sistema alimentario más sostenible está generando demanda de productos agrícolas producidos de manera responsable.
A medida que las presiones económicas y las demandas de sostenibilidad continúen afectando a los agricultores, se espera que la adopción de la tecnología automatizada se acelere. Y cuando los agricultores comprendan los beneficios de la automatización en términos de productividad, rentabilidad y sostenibilidad, se extenderá la aplicación de estas tecnologías.
