La idea inicial de Ailin, startup alojada en La Nave, el mayor centro de innovación del Ayuntamiento de Madrid, surgió, como tantos otros proyectos empresariales, durante la pandemia por la Covid-19. Un momento en el que la necesidad de sentirnos seguros se hacía más evidente que nunca. Isabel Caruana, CEO y fundadora de Ailin, consciente de ello y de la dificultad que había durante el confinamiento para satisfacer esa necesidad colectiva de comprobar la salud, hablando sobre ello con sus hermanos que vivían en EE.UU., estos le dijeron que “se pidiera un kit”.
Ailin ofrece este tipo de “kits”. Se trata de una plataforma que acerca los diagnósticos en remoto a las personas a través de pruebas de laboratorio que realizan en su propia casa. Pruebas que normalmente habría que hacer en un laboratorio, hospital, etc. Ailin trabaja en colaboración con la Clínica Universitaria de Navarra y ofrece numerosas pruebas y analíticas que, una vez analizadas por profesionales médicos, son enviadas a los interesados con un diagnóstico, indicaciones y explicaciones basadas en las últimas investigaciones para mejorar la salud del paciente/cliente.
Isabel descubrió que “en países como EE.UU o Reino Unido existían productos que permiten que la gente se hiciera su propia analítica con tan solo un pinchazo en el dedo, con la misma fiabilidad del método tradicional y que ya estaba consolidado”. Ahí empezó a estudiar, vio que había una oportunidad de mercado en España y que “era preciosa porque podría ayudar a pacientes que tienen que hacerse analíticas puntuales o realizar un seguimiento de su patología cada poco tiempo. Ayudarles a hacer sin tener que romper su rutina diaria para poder conocer el estado de su salud”, recuerda Isabel.
La inspiración y la idea surgieron en la pandemia, pero hasta 2021 el proyecto no tomó forma. Fue durante la baja maternal de su tercera hija cuando Isabel pudo empezar a crear lo que considera casi “su cuarto hijo por la continua y enorme dedicación” que exige Ailin.
Dejó su trabajo en una consultora y se lanzó ayudada de una inversión inicial propia, de familiares y amigos. Isabel destaca el valioso apoyo que siempre encuentra en su entorno familiar. “Me gusta consultar con ellos cuando lo necesito y tengo la suerte de tenerlos ahí”, subraya la fundadora de Ailin. Un apoyo que después ha podido encontrar también en el ecosistema Madrid Innovation, y que, como indica, “me fascinó cómo los emprendedores nos ayudamos entre nosotros, nos entendemos porque todos hemos pasado más o menos por lo mismo, porque se pasa muy mal a veces, y aprendemos unos de otros”.
Una vez en marcha, Isabel encontró rápidamente una socia inversora que además era médico, y poco después, llegaría la aliada más importante, la Clínica Universitaria de Navarra (CUN), “que compartió la visión desde el inicio y les ayudó validando la solución, demostrando que pincharse en un dedo y coger unas gotas de sangre es equivalente a un análisis de sangre en un laboratorio. La CUN nos garantizaba la parte clínica, la parte regulatoria venía después por nuestra parte”, añade la creadora de Ailin.
Isabel y Ailin reconocen que La Nave y el ecosistema Madrid Innovation les ha aportado mucho. “Su apoyo ha sido muy importante, nos hemos sentido muy arropadas y acompañadas en cada momento. Tenemos un espacio para trabajar, formación, visibilidad en eventos, difusión y comunicación… En La Nave hay mucha disponibilidad y nos ayudan mucho”, agradece Isabel.
Perseverancia y resiliencia son las dos características clave que Isabel considera imprescindibles en alguien que quiera emprender. “Tienes que estar muy convencida de tu idea, de tu proyecto y producto porque vas a recibir muchos noes antes de que llegue un sí. Tienes que creer mucho en lo que haces y en tu gente”, indica la emprendedora.
Es “su gente”, su equipo, lo que Isabel considera más valioso en Ailin. “Es el equipo que logras formar, el talento que atraes, lo más importante para que una startup funcione”, señala la emprendedora. Por ello lo ve como uno de sus mayores logros: haber formado un gran equipo compenetrado y eficaz. En segundo lugar, para la supervivencia de una empresa, en su opinión, lo más importante es la escucha del cliente y su validación, seguida del saber reaccionar a tiempo. En cuarto lugar, la inversión, imprescindible para mantener vivo el proyecto.
Además de los números premios obtenidos que han inyectado fondos en la empresa, Ailin también ha ganado rondas de inversión importantes.
Entre los retos que esta joven empresaria ha ido superando por el camino, quiere destacar el del talento. “Haber logrado encontrar y atraer talento para formar un equipo de trabajo, es importante y difícil. Tenemos mucha cultura de equipo, y es importante saber delegar”. En cuanto a los posibles temores iniciales de todo emprendedor, Isabel recuerda que a pesar de que iba a emprender en un sector que no conocía, el de la salud, su experiencia como consultora y su formación en empresariales y finanzas le aportaban la confianza y conocimientos necesarios para continuar.
Ahora, “el reto clave es crecer, escalar y consolidarnos definitivamente en España y Portugal. Y de aquí a cinco años, convertir a Ailin en la plataforma de referencia en pruebas diagnósticas en Europa”, declara Isabel.