La energía nuclear está en el centro de un renacimiento global, impulsada por determinados sectores como una pieza clave en la transición hacia un futuro de cero emisiones netas. A medida que la demanda mundial de energía sigue creciendo, especialmente de fuentes limpias y fiables, afloran ciertas limitaciones de las energías renovables como la solar y eólica. Sus reducidas limitaciones sirven de justificación a ciertos grupos para reclamar la necesidad de complementar estas fuentes con alternativas constantes y de base, como la nuclear, en contra de la tendencia global de los últimos años de eliminarla progresivamente por los riesgos para la población presente y futura que conlleva.
¿Por qué la energía nuclear?
Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la energía nuclear produce el 10% de la electricidad mundial, generando más energía libre de carbono que las fuentes eólica y solar combinadas. Además, es capaz de proporcionar energía las 24 horas del día, los 7 días de la semana, una característica esencial para industrias emergentes como la inteligencia artificial (IA) y otras aplicaciones críticas.
Las tecnologías avanzadas consumen mucha energía y necesitan fuentes fiables y de suministro continuo. Las granjas de criptomonedas, por ejemplo, han llegado a colapsar sistemas eléctricos en varios países por el elevado consumo de energía. Por ello, el sector tecnológico insiste en buscar una solución fiable.
Pero también persisten los desafíos relacionados con la seguridad, los costes y la problemática gestión de residuos. Riesgos que los avances tecnológicos intentan mitigar a través de la transformación del panorama nuclear, haciéndolo más seguro, económico y sostenible.
Tecnologías clave:
- Fusión nuclear: Promete energía limpia casi ilimitada sin residuos radiactivos de larga duración. Aunque aún en desarrollo, se espera energía neta comercial para la década de 2030.
- Reactores Modulares Pequeños (SMR): Compactos, seguros y rápidos de construir. Usan residuos nucleares existentes y son ideales para descarbonizar la industria pesada.
- Gestión de residuos: Innovaciones reducen la toxicidad y el tiempo de descomposición de los desechos nucleares de miles de años a menos de 500.
El impacto de la energía nuclear en la transición energética
La energía nuclear avanzada es un catalizador clave para cumplir los objetivos de descarbonización global. Sin embargo, su implementación masiva requiere tecnologías seguras, políticas robustas, inversión estratégica y, sobre todo, confianza pública. Además de los potenciales riesgos de accidentes que acarrea, la problemática de la gestión de residuos, su almacenamiento y destrucción, supone aún hoy el gran problema a resolver.
Iniciativas globales y cooperación
Organizaciones como el Foro Económico Mundial están impulsando marcos regulatorios para acelerar el despliegue de tecnologías nucleares avanzadas, fomentando la colaboración entre desarrolladores, inversores y gobiernos. Además, están promoviendo una integración más amplia de soluciones energéticas, como el hidrógeno verde y la captura de carbono, junto con la nuclear.
En el camino hacia un futuro de cero emisiones netas mientras el crece progresivamente el consumo energético, la nuclear desempeña un papel esencial aunque acompañado de riesgos, por ahora. Desde la fusión nuclear y los SMR hasta la gestión avanzada de residuos, estas tecnologías ofrecen una solución escalable y sostenible a los desafíos energéticos globales. Aunque queda mucho por hacer, la inversión en innovación, el apoyo público y la cooperación internacional son fundamentales para desbloquear todo el potencial de la energía nuclear en la transición energética segura y evitar posibles accidentes y catástrofes como las de Chernóbil o Fukushima.