El último ciberataque a una institución pública en España ha vuelto a poner de manifiesto la importancia vital de la seguridad digital. El Ayuntamiento de Sevilla sufrió hace unos días el secuestro de sus sistemas informáticos, lo que llevó a la interrupción de todos los servicios electrónicos como medida de precaución. No ha sido la primera vez que le ocurría. Hace unos años, en 2021 se descubrió que le habían estafado 962.797 euros. Los ciberdelicuentes lo hicieron interceptando sus comunicaciones con la empresa adjudicataria del contrato de la iluminación navideña, probablemente mediante un virus informático
Y no es la única entidad pública u organismo gubernamental afectado por la ciberdelincuencia. El pasado 5 de marzo, el Hospital Clínic de Barcelona también experimentó un ciberataque de tipo «ransomware», al igual que ha sucedido en muchos otros países en los últimos años. Es un problema creciente.
Por ello, en nuestro mundo digital en constante cambio, la seguridad online es una prioridad esencial para gobiernos, empresas, académicos y para la ciudadanía. Saber anticipar y enfrentar los desafíos que vienen es clave para mantenernos protegidos contra posibles amenazas en línea. ¿Pero se invierte lo suficiente en ciberseguridad? ¿Se investiga e innova lo suficiente para contrarrestar los avances de los ciberdelincuentes? ¿Se dotan las instituciones y empresas de los mejores en seguridad cibernética para preservar sus datos y los de los ciudadanos, empleados, clientes que dependen de ellas?
Estas son algunas de las principales perspectivas que configurarán el futuro de la ciberseguridad y que ayudarán a las organizaciones a prepararse mejor para enfrentar los retos que se avecinan:
- Progresos en ciberseguridad, pero brechas de acceso: Aunque se esperan avances en tecnologías de seguridad y esfuerzos contra la ciberdelincuencia, la distribución de estos avances puede ser desigual.
- Profundización de la crisis de confianza en línea: Los avances en inteligencia artificial dificultarán la distinción entre humanos y máquinas en línea, lo que puede llevar a un aumento en el uso de medios analógicos.
- IA y aprendizaje automático, un arma de doble filo: Si bien se esperan innovaciones en diversos sectores, también se prevé un aumento en la innovación de la ciberdelincuencia.
- Desventajas de la fragmentación de Internet: La ‘soberanía digital’ y la fragmentación de Internet pueden empoderar a las comunidades locales, pero también pueden llevar a un aumento de desinformación y ciberataques.
- Tensiones entre experimentos normativos y privacidad: La efectividad de la legislación sobre privacidad en ciberseguridad será evaluada, pero el futuro de la privacidad individual sigue siendo incierto
- Incertidumbre metaversal: La creación de metaversos plantea desafíos de privacidad y seguridad que requieren una innovación política y legislativa acelerada.
- Soberanía y dinámicas de poder cambiantes: Las fronteras entre gobiernos y empresas privadas pueden difuminarse, y el sector público jugará un papel crucial en el desarrollo de la ciberseguridad.
Para abordar estos futuros riesgos de ciberseguridad, es esencial una visión integral del avance tecnológico. Organizaciones y profesionales de seguridad deben estar atentos a la evolución de las tecnologías digitales y sus contextos, para tomar decisiones informadas que garanticen la resiliencia y protección en este nuevo panorama digital.
