En medio de la revolución de la inteligencia artificial (IA), continuamente están surgiendo desafíos éticos y de seguridad entre los que destaca la amenaza de deepfakes y la integridad de nuestros datos. Incidentes como una estafa deepfake en China, que defraudó a un individuo por $662,000, hacen resaltar las consecuencias alarmantes que podemos sufrir como individuos y sociedades. La susceptibilidad de la IA a difundir información errónea y las vulnerabilidades de los chatbots subrayan la necesidad de soluciones sólidas.
El almacenamiento descentralizado en la nube, respaldado por la tecnología blockchain, emerge como una respuesta que ofrece seguridad. Garantiza la seguridad y la integridad de los datos, evitando accesos no autorizados y mitigando riesgos asociados con la centralización. Esta solución no solo aborda las amenazas de deepfakes, sino que también preserva la confiabilidad de los datos en el despliegue ético y responsable de la IA.
La prueba de procedencia, un método de verificar el origen y transformaciones de los datos, refuerza la responsabilidad y confianza en los procesos de la IA. La combinación de almacenamiento descentralizado y prueba de procedencia ofrece un enfoque prometedor por ahora para salvaguardar la integridad de los datos en la era de la IA, garantizando avances confiables y responsables. La integridad de los datos se convierte así en una responsabilidad ética crucial para impulsar el progreso tecnológico de manera confiable. Un reto cada vez más complicado ante el rápido desarrollo de la tecnología.